Examinando este porcentaje desde la perspectiva de Barcelona, una ciudad con una rica diversidad cultural y un tejido empresarial internacional, la capacidad de hablar inglés se convierte en una ventaja significativa.
Los jóvenes que dominan esta lengua anglosajona, no solo pueden participar plenamente en la vida globalizada de la ciudad, sino que también están mejor preparados para aprovechar oportunidades educativas y profesionales.
Cada joven que domina un segundo o tercer idioma, contribuye a la consolidación de Barcelona como una ciudad global. El 78% es más que una cifra; es un recordatorio de la importancia del aprendizaje continuo y de cómo una habilidad puede moldear el destino de una ciudad y sus habitantes.